miércoles, 14 de septiembre de 2016

Los malos de la película

Por lo visto, siempre tiene que haber un malo en cualquier película que veamos... o nos montemos. No íbamos a ser menos en el deporte ni por supuesto en el baloncesto. Así que tenemos nuestros sospechosos habituales, objetivos de multitud de artículos virales en la web: los padres de nuestros jugadores.

Lo que pasa es que la vida no es una película sencilla... Ni los buenos suelen ser tan buenos, ni los malos al final terminan siendo tan malos como pensábamos. Los puntos de vista van cambiando y nuestra trayectoria vital nos va haciendo ver las cosas de otra manera... O quizá siendo más conscientes de eso que los de Oriente aprenden desde hace milenios: el yin y el yang... Dentro de cada bien se encierra un pequeño mal. Dentro de todo mal, existe un pequeño bien. No hay más.

Resulta que los padres son, suelen o pueden llegar a ser malos. La noticia es tremenda y la viralidad potencial ni os cuento. Ahora, yo me pregunto para qué sirve la reflexión sobre ello, porque si no es para aportar algo positivo, pues lo único que puedo comprender es que se publique como una opinión en el blog personal del autor que quiera expresar esta idea. Es una de la razones de ser, de hecho, de estas plataformas. Todo lo demás se aleja de lo que yo entiendo por opinión personal. Porque al final, una opinión es una opinión... Y cada uno tiene derecho a darla, por supuesto. Los que se hagan eco de ella ya son responsables, quizás, de su posible imprudencia. Este es simplemente mi punto de vista.